En esta película seguimos a dos soldados que hace al mismo tiempo de ladrones que utilizan sus armas, y su posición, para robar. Eso me suele generar grandes contradicciones, porque los ladrones son los personajes principales de mis películas favoritas, por contradictorio que pudiera parecer, pero en este caso tengo que estar del lado del general, no solo para entender que está sucediendo sino también porque está encabronado con ellos.
Como castigo a sus penurias deben ayudar a un arqueólogo, un tal Jenny, con su difícil excavación sobre los tesoros egipcios. Durante el transcurso de estas investigaciones, descubren la tumba de la momia e ingenian, con su mente preparadamente perversa, una manera para llevarse la tumba.
A pesar de la oposición de los egipcios que intentan de todo para mantener a los saqueadores a raya estos consiguen sus objetivos con un final poco sorprendente pero digno de ser visto.
Conclusión: te recomiendo ver esta película si te gusta la fantasía, la egiptología o los dioses. La fantasía se combina bastante bien con algunos episodios cómicos, y está ambientada en un universo monstruosamente divertido, por lo tanto es más que probable que le nazca alguna secuela. Pero, por otra parte, no se puede comparar para nada con la película original.
Juegan en dos Ligas completamente distintas, mientras una no pasa de una peli decente que ver el típico domingo que nos vence la pereza, la otra es ya una leyenda cinematográfica que se seguirá viendo de generación en generación.