En 2001, el aclamado director Tim Burton lanza una nueva versión de el planeta de los simios. Esta versión, que lleva el nombre de la producción filmada muchos años antes, es una película de Tim Burton que incorpora elementos completamente nuevos, no es un remake y le debe muy poco a la novela original o a la primera película.
A bordo de la Estación Espacial Oberón, un astronauta llamado Leo Davidson trabajó estrechamente con chimpancés y orangutanes que fueron entrenados para servir como “conejillos de indias” para las misiones de exploración particularmente peligrosas en el espacio. Su chimpancé favorito era Pericles. Pericles aprendió con simuladores de entrenamiento y fue recompensado con golosinas cuando lograba sus objetivos.
Leo convocó a la cubierta al comando de la estación espacial, había surgido una nueva situación, una gigantesca tormenta electromagnética. La tormenta levanto el interés de todas las emisoras de radio y televisión de la tierra, el comandante de Oberón decidió enviar a un chimpancé, Pericles, para ver si las condiciones eran seguras para enviar pilotos humanos y explorar la tormenta.
Cuando el chimpancé se perdió, el comandante anulo la operación y se convenció de dejar estar el estudiar la tormenta. Al cabo de pocas horas cambio de idea, escapó de abordo para viajar en busca de su aprendiz chimpancé por el espacio. Leo perdió contacto con su estación espacial y fue empujado por una fuerza extrasensorial a un mundo extraño. Estrellándose en una selva, los tripulantes de a bordo del Oberón lo buscan en vano.
Después de estrellarse, Leo mira a su alrededor para ver qué ha quedado de ellos. Los humanos huyeron aterrorizados al no saber donde se encuentran, entre ellos Leo. Al cabo de unos minutos se encuentran con los simios, Monos a caballo, orangutanes a cuatro patas, simios comunes que habían acabado con la humanidad, y la habían dominado y ahora pretendían cazar sus últimos restos. Después de ser reducidos, los humanos fueron metidos en jaulas y fueron llevados a la ciudad, dónde fueron vendidos como esclavos.
En la ciudad, Leo conoció Limbo, orangután que comerciaba con seres humanos por dinero. Y junto a él irá conociendo los entresijos en un mundo dominado por los simios donde las personas son utilizadas como mascotas o como mano de obra barata para hacer las tareas domésticas.